lunes, 2 de abril de 2012

Mi princesita.

Voy a hablarte de risa, que es lo que me apetece hacer ahora, reír, reír de tal manera que se me hinchen los pulmones y que me duelan las comisuras de los labios.
Voy a hablarte de ella, un princesita, chiquitita. Es casi como magia, es capaz de hacer sonreír al más triste del mundo. Tiene esos ojillos y esa sonrisa PER-FEC-TA. Podría pasarme horas y días hablándote de ella, de cómo es, de todo lo que me ha enseñado, de cómo ha cambiado mi vida desde que está. Es verla y saber que nada va mal, y si va, pierdo la noción del tiempo preocupándome por ella, jugando con sus rotuladores o sus muñequitas. Gracias a ella entiendo un sentimiento raro, es como si mi vida necesitase estar con ella y regalarle todo de mi. Tendrías que conocerla, es la alegría de cualquier día, sin importar lo gris que esté.
Por eso, hoy parece que va a llover y quiero recordarla que la quiero, que la amo, que es una parte esencial de mi y que no olvide que su "tía Maya" siempre va a estar aquí, porque por si no lo sabes, pase lo que pase, te consentiré todo.

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