Sin él, sin aire.

No le temo a la muerte ni a la vida, que es más peligrosa, no me da miedo que me amenacen ni que me hagan daño. No me da miedo la oscuridad, ni las alturas, de hecho tirarme del puente más alto del mundo ni me achantaría. Pero si hay algo a lo que verdaderamente tengo TERROR es a perder lo que más quiero y necesito para vivir. Sí, es gracioso pero me da miedo despertarme y pensar que tú no vas a estar ahí cuando me caiga ni me vas a pegar un guantazo para que deje de llorar por bobadas. Pensar que no vas a estar ahí para callarme la boca con un beso cuando esté a punto de reventar y decir cosas que bien sabes que no siento, pensar que no vas a estar para decirme lo listilla y lo tontita que soy hasta sacarme de mis casillas. Saber que puede que mañana pase de echarte de más a echarte de menos realmente me asusta de verdad.