lunes, 5 de septiembre de 2011

Arrepentirse de todo, no es volver atrás, arreglarlo y salir otra vez con la cara descubierta. Es intentar olvidar lo que has hecho e imaginar que no pasó, que en ese periodo de tiempo tú estabas en otro lugar, en otro momento y sobre todo haciendo lo correcto, no haciendo lo que has hecho.
Ser infiel no es dejar de amar, es dejar de respetar. La carne es débil, muy débil pero el corazón debería ayudar, aunque no es así. No es fácil mirar a la cara a la persona que amas sabiendo que él sigue ahí ajeno a todo, confiando en tí, pensando que todo es igual de maravilloso que siempre y diciéndote que te ama y que eres lo mejor que le ha podido pasar; es duro, la conciencia es muy traicionera.
Olvida y sigue adelante, confesar sería lo politicamente correcto pero perder lo que más amas en la vida por un absurdo y ridículo beso que no llegó a más sería la tontería más grande del mundo. Pero recuerda que una vez la conciencia te lo perdona, dos no, y amar es respetar pequeña.

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